28 de diciembre de 2011

Las religiones y la política

Hay un dicho que dice: “la religión es como el sexo,  solo cuando se lo practica bien, es sublime, cuando se lo practica mal, termina siendo atrofiante y desvalorizador  de la propia naturaleza humana.”

En tanto que la Fe representa una fuerza de voluntad colectiva e individual que es capaz de generar sus propios fenómenos y  reacciones, decimos que “la fe mueve montañas” porque es capaz de poner en acción lo mejor y lo peor  de nuestra condición humana. Puede ser liberadora porque la fuerza de la fe se lo permite al hombre, y también puede significar sometimiento porque hay normas y dogmas que no pueden cuestionarse. Puede crear  guerras  y resolver conflictos, asimilarse o separarse de los Estados.

Todo esto pone a la fe en una relación de poder y de dominación que puede ser liberadora o represiva. La sociología puede decir, que todo proyecto religioso, terminan siendo proyectos políticos, porque hay un fuerte peso de la religión en la vida cotidiana que actúa en relaciones de poder,  de autoridad, de prestigio y también, de riqueza que entran en relación con los Estados y las personas. 



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