En el último programa del mes de Agosto compartimos una reflexión final de lo tratado a lo largo de todo el mes. Vimos como el mito posee una fuerza tal que se convierte en realidad para quien cree en él, y es aquí en donde el mito se vuelve importante en nuestro día a día, ya que mas allá de lo que realmente haya sucedido (por ejemplo, si verdaderamente “el gauchito Gil” existió o no como tal) mientras alguien sostenga esa creencia, ese relato se convertirá en verdad y como tal, traerá aparejado una serie de comportamientos o ritos que lo mantendrá vivo (dejar algo rojo en los altares, rezarle, etc.)
De esta forma vimos como ciertos mitos o creencias de la zona y del país como “la llorona”, “san la muerte”, “san gil”, “la difunta correa” entre otros, crean toda una serie de ritos que alimentan a esas historias.Respetando ante todo las creencias de cada persona vimos también que la palabra "mito" es una "categoría", un concepto que usan los científicos para nombrar esas historias fantásticas en la que todo puede suceder y que a su vez, toma distintas formas: puede ser un mito totalmente fantástico, un mito atado a una persona que realimente existió y a la que se le atribuyen capacidades sorprendentes (“Evita, el Che, Gauchito Gil”), puede tratarse de un mito que deriva en un prejuicio o estereotipo sobre determinados tipos de personas: "los inmigrantes vienen a sacarle trabajo a los argentinos" "las personas que viven en la villa son todos delincuentes", etc.
Finalmente explicamos la diferencia entre mito y leyenda.
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